

Fiskebar, el nuevo restaurante de Grupo Tragaluz, un importante grupo de restauración nacido en Barcelona, dirigido por Tomás Tarruella y con locales en Barcelona y Madrid. El encargo consiste en acercar la cultura gastronómica de los puertos del norte de Europa al ático del real Club Marítimo de Barcelona, un lugar icónico de la ciudad situado en el Port Vell. El restaurante nace de un concepto nórdico, los bares de pescadores cercanos a los puertos, una barra fría para el pescado como eje central y sin olvidar el entorno en el que nos encontramos, el mar Mediterráneo y el puerto de Barcelona, el mar del norte y la luz del sur. Un interior sereno, cálido, arquitectónico, con líneas nórdicas que hace resaltar el entorno en el que se encuentra, el puerto junto al skyline de Barcelona y Montjuic.
Simplicidad con detalle. Fiskebar nace de un concepto nórdico, raw, auténtico y matérico. La belleza realzada por lo artesano, materiales puros, la roca, pocos elementos y autenticidad. Minimalismo, con la calidez de los objetos provenientes de la naturaleza. Autenticidad generada des del diseño y artesanos. Elementos hechos a medida como el mobiliario, la barra principal de mármol crema marfil y los elementos de obra como la barra central y los bancos.


Su acceso principal se encuentra en el Paseo de Ítaca por unas escaleras de chapa metálica que te conducen hasta el ático del RCM. Unos apliques de Andrew Trotter iluminan el acceso y zonas exteriores. La sala principal es un espacio volumétrico acristalado donde la barra es eje central y dinamizador de la actividad. La joya de la corona es la barra de mármol, matérica, compuesta por tres bloques de piedra que te reciben y recuerdan la belleza de lo artesano y la imperfección. Al acceder nos recibe una zona lounge, de sofás bajos con mesitas de obra, con sus correspondientes lámparas de mesa y butacas Kata de Arper, donde tomar unas primeras bebidas antes de ir a la mesa.
El espacio busca generar una atmósfera monocromática y cálida para resaltar un único cuadro, su paisaje. Para ello, desvestimos completamente las salas, dejando vista la estructura y quedando como salas diáfanas. Para solucionar problemas de sonido, los techos se cubren con un proyectado de celulosa sobre las vigas de hierro ya proyectadas con uralita y se le aplica un tinte igual al color definido en la sala. Todos los elementos técnicos y decorativos que cuelgan del techo como los tensores, aires, botelleros entre otros se integran en el plano superior mediante un mismo tono cromático.

Dos bancos corridos de obra y con diferentes alturas según su uso que, como hemos nombrado anteriormente, una primera zona actúa como lounge y una segunda zona de comidas tiene las primeras mesas hechas de roble macizo del restaurante acompañadas por unas sillas acolchadas de Linteloo. En esta zona nos encontramos más elevados, para conseguir tener la sentada en barra a la misma altura que la barra de trabajo. De este modo el comensal puede asistir en directo a la preparación de los platos a la vez que su degustación. Esta barra de obra acabada en microcemento se integra en la arquitectura de la sala y se convierte en su eje central, articula el espacio, lo completa y genera una circulación entorno a ella. Las sillas que acompañan la barra y en color roble como las mesas de esta misma zona, son de la marca HAY.



La última zonificación de mesas para grupos de 5 o 6 personas se hace con mesas circulares de nogal teñido. El tinte se determinó una vez conseguido las sillas en marrón oscuro Chandigarh un estilo de finales de los años cincuenta. Las mesas que acompañan este local son diseñadas a medida y producida por Carpintería J. Vidal. La iluminación cobra protagonismo al caer la noche. Una lampara de papel de Ingo Maurer, nos recibe al entrar a la sala principal. Esta zona también la acompaña la Tube de Classicon y la Topuro, de Guido Balín para Mirabobo. El mostrador de la barra central en piedra queda realzado por las lámparas colgantes Tekio de Santa & Cole, también acabadas en papel para aportar la ligereza y calidez de los materiales naturales.
El resto de la barra tiene lámparas de mesa cerámicas de Pottery Project como la Terra y en las mesitas la Nais, unas lámparas de batería que también se han colocado en exterior. La iluminación general técnica se hace mediante carriles de LedsC4 y en la última zonificación las lámparas Couchin Reverse de Foscarini en blanco com, crean un efecto especial multiplicándose en el reflejo de los cristales que rodean la sala; recuerdan la luna llena.

La terraza exterior, de dimensiones similares a la sala principal, se zonifica con un lounge central que divide el espacio en dos zonas de mesas y otra zona de mesas perimetral en la barandilla desde donde se observa en primera línea los atardeceres. Las mesas de Iroco circulares para grupos van acompañadas con sillas Paralel de Point con reposabrazos y las mesas de grupos rectangulares o para dos son sin brazos, y se van alternando. La vegetación nórdica zonifica y aporta vida y dinamismo al espacio. En este caso destacan como proyecto lumínico las lamparas de pie de jardín SHOJI de Davide Groppi y en las mesitas las lámparas cerámicas Nais de Pottery Project.

Una segunda sala se abre a las dos terrazas, actuando como una sala exterior, donde la barra alta de copas está resaltada también con las mismas dos lámparas Tekio de Santa & Cole para dar continuidad a su diseño. La barra acabada en micromortero es un elemento más de la arquitectura junto a la trasbarra, los estantes y el sofá también de obra y acabados en micromortero. Estos son los elementos que dan carácter a la sala, ya que esta pretende ser muy diáfana y flexible para recibir comidas de grupo y eventos que requieran su función. Las terrazas son la continuación del interior y una transición con el entorno, el mobiliario sigue en todos sus espacios una misma narrativa. Fiskebar se abre al mar y se funde con el paisaje y los barcos. En el restaurante se puede disfrutar del ambiente marítimo relajado junto al embarcadero, al lado del agua, con pescado a la parrilla, ostras a y una copa de vino en un ambiente cálido.


AUTOR
ISERN SERRA
FOTOGRAFÍA
SALVA LÓPEZ